SALUD Y SEGURIDAD LABORAL: SÍNDROME DE “BURNOUT”, ¿QUÉ ES Y CÓMO LO ENFRENTAMOS?
Algunos de los síntomas de “estar quemado” en el trabajo: depresión, estrés y ansiedad, lo que pueden traer como consecuencias el abuso de fármacos, alcohol y drogas.
Lo primero que debemos saber es que el Burnout laboral, también denominado como el síndrome del quemado, consiste en una serie de síntomas físicos y psicológicos, que tienen que ver con el estrés causado por el trabajo, y que perjudican, no sólo la vida laboral, sino que personal y familiar del afectado.
(cita) “El estrés laboral es la reacción que puede tener el individuo ante exigencias y presiones laborales que no se ajustan a sus conocimientos y capacidades y que ponen a prueba su capacidad para afrontar la situación”. Organización Mundial de la Salud.
¿En qué profesiones es más recurrente? Según los expertos en personas que han elegido su oficio de manera vocacional, como la medicina, enfermería y docencia, entre otros ejemplos. También la podemos ver presente en trabajos que se realizan por obligación.
Y es que la carga excesiva, la poca autonomía, la falta de tiempo, ausencia de apoyo y falta de formación para desempeñar las tareas, son algunos de los puntos que desencadenan este síndrome.
Conozcamos los principales síntomas:
Poca realización personal.
Baja autoestima.
Sensación de agotamiento.
Estado permanente de nerviosismo.
Comportamientos agresivos.
Insomnio.
Bajo rendimiento.
Absentismo laboral.
Comunicación deficiente.
Taquicardia.
Dolor de cabeza.
Otras señales:
Sientes que no te apetece ir al trabajo, ya no te satisface.
Sensación de malestar intenso, frecuente o prolongado en el tiempo.
Sentimiento de no poder hacer frente a lo que nos ocurre.
Es necesario aclarar que las señales de “estar quemado” pueden ser leves, y también pueden llegar a graves, con síntomas de depresión, abuso de psicofármacos, alcohol, drogas, señales de psicosis e incluso tener ideas de suicidio.
Hacerse preguntas
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los empleadores deben contar con una política de gestión de la salud del trabajador que incluya el estrés laboral o depresión, atacando los riesgos de su origen.
Ante esto, el organismo recomienda hacerse las siguientes preguntas: ¿Existe algún problema? ¿Cabe la posibilidad de que el estrés laboral esté afectando a la salud de los trabajadores? ¿Cómo puede resolverse el problema del estrés? ¿Se vigila la totalidad del sistema?
Respondiendo dichos cuestionamientos, podemos deducir la existencia de prácticas o circunstancias laborales que puedan llegar a desequilibrios sustanciales entre lo que se exige y los recursos de los que se dispone.
Una vez conocido el origen del problema, es necesario gestionar el riesgo, en caso de haberlo. Estos son los pasos a seguir (infografía):
Una vez concluidas estas etapas, se debe establecer una modificación de las exigencias laborales y el aumento de la calidad y cantidad del apoyo que recibe el empleado, mediante la capacitación a supervisores sobre la gestión del estrés, por ejemplo.
Obviamente siempre es mejor prevenir y detectar a tiempo los problemas asociados al estrés laboral, a través de la vigilancia del grado de satisfacción del personal, además de asegurarse que éstos tengan a quien recurrir en caso de dificultades.
Recordemos que los trabajadores son el componente esencial de nuestra organización, por lo que debemos poner el foco en cuidar su salud y bienestar.
En caso de percibir signos del síndrome de Burnout, no dude en consultar con el especialista de su empresa. Recuerde que su salud es fundamental.
Fuente: Provincia ART